Todos necesitamos sentir ilusión
en algún momento, es el motor que nos
mueve a tener esperanza y a ver la vida desde una perspectiva de alegría
y felicidad.
Cada instante que vivimos es un
momento preciado porque jamás regresará, por este motivo debemos ver la vida
desde esta perspectiva. Muchos me comentáis que habéis perdido la ilusión de
vivir porque no hay nada que os inspire, ya que las cosas no os salen como
desearíais.
Es posible que en estos momentos
estéis mal, pero para poder empezar a salir de ese estado deberéis pensar que
el momento presente está lleno de cosas bonitas, tal vez no tengáis lo que
queréis pero siguen existiendo otras cosas
que no debéis permitir que pasen sin más, como las maravillosas puestas de sol, la
naturaleza que nos envuelve y que día a día independientemente de lo que los
humanos hagamos, crece y se manifiesta en todo su esplendor. Cuando tenemos
ocasión de ir a la playa o estar cerca del mar y poder oler la frescura de la
brisa marina, disfrutar de los colores que nos rodean o escuchar el cántico de
los pájaros, todos estos acontecimientos parecen insignificantes si en estos
momentos nos encontramos en una situación complicada como no tener trabajo o tal vez
estar enfermos. Pero el
problema radica en que nos centramos únicamente en lo malo que tenemos y dejamos de lado
aquello que nos parece algo normal, cuando en realidad no lo es.
La propia naturaleza nos ayuda a descubrir belleza a nuestro alrededor en los momentos difíciles, es la obra
más hermosa y debemos ser conscientes de ello, debemos ilusionarnos por todas
estas cosas que nos rodean, darnos cuenta de lo afortunados que somos de poder
disfrutar de nuestros sentidos que nos permiten apreciar lo bello de las
cosas y dejar de lado aquello negativo que se apodera de nuestra alma y nos
hace sentir mal.
Cuando estamos viviendo un momento negativo es el momento de actuar y dar la vuelta a la moneda concentrándonos en las pequeñas
cosas buenas que nos rodean, de esta manera nuestro estado de ánimo cambiará y
podremos ilusionarnos para poder conseguir nuestro objetivo.
Hace años un enfermo terminal de
cáncer comentó que su vida había estado encaminada siempre a su carrera
profesional, tenía 38 años cuando le
detectaron la enfermedad y en ese momento había empezado a vivir y se daba
cuenta que su vida la había pasado sin disfrutar de cosas tan sencillas como el
sentarse en un parque y mirar como las flores cambiaban dependiendo de la
estación del año y ver lo hermosas que eran. Por desgracia descubrió demasiado
tarde las pequeñas cosas que nos hacen sentir bien y que están siempre ahí para
poder recurrir a ellas.
Sin ilusión somos como autómatas
que siguen un patrón sin decisión propia. Que lamentable vivir así. Creo que en
algún momento de nuestra evolución cometimos un grave error, la sociedad de
consumo en la que vivimos olvidó que las cosas no nos iban a proporcionar
felicidad, porque una vez que las poseemos dejamos de interesarnos por ellas,
forman parte de nuestras pertenencias y al mismo tiempo nos convertimos en
esclavos de todas esas cosas que día a día vamos acaparando.
Un piloto del Paris Dakar comentó
en una entrevista, que deseaba realizar dicho evento no por lograr el éxito en
sí, sino por todo lo que conllevaba el hacer ese recorrido, conociendo tribus
que a pesar de no tener absolutamente nada material, tenían una inmensa
felicidad y que eran tan dadivosos con lo poco que tenían.
El ser humano pierde lo que
denominamos “humanidad” a medida que nos alejamos más de nuestra madre tierra, no
debemos olvidar que somos otra especie de animales, en consecuencia debemos
respetar al reino animal y estar más
cerca de la naturaleza que del cemento en el que muchos de nosotros vivimos.
Fijaros en una cosa, cuando
estamos estresados si tenemos ocasión de acercarnos al mar o a la montaña y respiramos
profundamente, nuestro estado anímico cambia, ya que estamos hechos para vivir
en paz y armonía y somos tan privilegiados que podemos recurrir
a estos lugares siempre que queramos, porque incluso viviendo en el centro de las
grandes ciudades hay parques donde podemos evadirnos.
Hemos venido a este planeta a ser
felices, no olvidemos que todo lo que acaparamos a lo largo de nuestra vida se
quedará en este lugar cuando nos marchemos, por eso me siento triste cuando ves
ciertos sectores de la sociedad que priorizan a las personas por sus
pertenencias en lugar de mirar el interior y las cualidades que ese ser tiene.
Mientras no modifiquemos nuestras
perspectivas en la vida no conseguiremos cambiar nuestro estado anímico y mientras eso no suceda nuestra
ilusión no existirá.
La ilusión puede nacer de la cosa
más insignificante, si realmente deseamos conservar esta sensación deberemos aprender
a dar importancia a cosas que hasta ahora nos pasaban desapercibidas.
Por mal que os encontréis en este
momento, aislar durante unos minutos el problema que os afecta, relajaros y localizar en vuestro interior aquello que
os alegraría el día, independientemente de vuestras circunstancias. Cada uno sentirá esa sensación de bienestar por un motivo
distinto y en el preciso instante que lo sintáis, afianzarlo y conservarlo para
recordarlo. Esta ilusión que ahora os parece imposible, revivirla tantas veces
y con tanta energía que os creáis que ya la tenéis, cuando llegue ese instante
la ILUSIÓN ya no será tal cosa, desaparecerá para dar paso a la REALIDAD.
Parece sencillo o demasiado
optimista, pero la magia de la ilusión funciona, os lo digo por propia
experiencia.
Me despido de vosotros con una frase de Disney que dice así "si puedes soñarlo puedes lograrlo"
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